Presentación


A LOS PIES DE SAN MIGUEL 

Las ruinas de un Castillo Moro, vecino de la ermita de San Miguel, coronan una pequeña colina en la Hoya de Huesca. 


El sol se desvanece cada tarde por detrás de esta montaña dejando caer las sombras en sus faldas, preludio de la inevitable noche, sobre la Villa de Ayerbe. La localidad se acomoda a sus pies y se resguarda con timidez de los miedos de esta oscuridad esperando la seguridad del  inevitable amanecer de un nuevo día.