26.9.10

LLEGANDO A AYERBE

Dicen que la distancia es el olvido. Yo digo que no, que a mí , la distancia, no me ha hecho olvidar. Todo lo contrario, cada vez tengo más presentes mis raíces, y eso que va para 20 años que mi residencia está a 600 kilómetros. Para que luego digan... Haces nuevos amigos, formas una familia, te integras en una nueva sociedad, pero cada vez que viajas a Ayerbe, cuando vislumbras San Miguel, se te hace un nudo en la garganta, contienes la emoción y, con el corazón encogido, piensas: YA ESTOY LLEGANDO A CASA.


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