25.5.10

FUENTE DE LOS TRES CAÑOS







El sonido suave del agua en un atardecer de verano.
Después de dar un paseo no demasiado largo
puedo acercarme en soledad a tí como siempre hago
a saciar mi sed, a calmar mi cansancio
y aislarme del bullicio que tiene lo urbano
con los sentidos a flor de piel y un libro en la mano.
Sin pensar en nada especial, sólo disfrutando,
abriendo ese libro y escuchando el campo.
Protagonista: el agua, en un silencio blanco
con tenues pinceladas de pájaros cantando.
Una página, un capítulo, la lectura avanzando.
pasa la tarde, pasa sin prisa, pasa... despacio.
Una situación inmensa de paz se va apoderando
de un instante breve y fugaz que a la vez parece largo.
Y a punto de caer el sol, dejo caer los párpados
para recrearme en sentir esa paz, no por el cansancio.
Es una suerte poder experimentar en tono relajado
de una lectura amena, junto al son de los caños.
Antes de iniciar el regreso, apetece otro trago
de esas aguas aterciopeladas que rozan mis labios
en un beso fresco y húmedo que también es cálido.
Y de regreso a casa, volviendo a lo urbano,
al cruzar las dos plazas con los niños jugando,
vuelven a mí las sensaciones que he experimentado:
El agua, la fuente, la paz, el descanso...
días como el de hoy ni puedo ni debo olvidarlos.

1 comentario:

  1. Peña18:59

    Hola Lourdes, ahora que te "leo" por dentro te comprendo mejor. Mujer serena, pensativa y profunda. Mujer de agua y verde, atrapada en una mancha reseca y amarilla, mi tierra. Me alegra que las circunstancias de la vida te trajeran a mi amada llanura manchega, porque gracias a ello puedo disfrutar de ti cada jueves, aunque ahora que te leo y releo por dentro creo entender que andes buscando incesantemente tu lugar, que seguramente no esté aquí, pero ¿tú crees que estará allí?
    PEÑA

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