Estuve dando un paseo por Ayerbe esta Semana Santa, concretamente por la fontaneta y encontré un puente que este verano se estaba construyendo. Quise ver la obra, que era monumental, sí señor, un puente estupendo para quitar el peligro de cruzar la vía, pero mi sorpresa fue cuando descubrí cómo debía acceder a él.
Si es un puente para peatones, resulta muy incómodo, porque yo llegué a la vía desde el camino por el que se pasea normalmente, que tiene bancos para pararte a leer, que tiene árboles que dan sombra, y que.... es el camino de paseo de toda la vida, desde lo alto de las escaleras de la fuente, pasando por el pantaner y hasta la vía.
Pero, al llegar a la vía, había una señal de prohibido el paso y no se podía pasar. Entonces recordé el puente, y efectivamente estaba allí. Para acceder tuve que cruzar el río por más abajo de la fuente lo que me supuso volver atrás todo lo andado y coger el camino que llega hasta la vía por el otro lado del río.
El río por abajo, por su orilla, siguiendo su cauce, supone un paseo bonito, supone un paseo que ahora que está todo arreglado, con merenderos, sendas señaladas, bancos, pilones para cruzar el río en algunos puntos, invita al paseo (aunque, a mi parecer, el río necesitaría una limpieza en cuanto a vegetación).
Pero el camino que lleva al azud, al puente, al magestuoso puente, no tiene ningún atractivo, es un camino para mi gusto, soso y no invita al paseo. Es un camino que sólo se coge si se tiene que ir allí, pero como entretenimiento, como ocio, como paseo atractivo, pues no. Como yo quería ir allí, lo cogí y llegué al puente, dejando la tierra del camino y pisando el asfalto. Un puente sólido, pero ni un solo árbol, ni siquiera cerca (vaya paseos que nos esperan en verano). Subes al puente... por el asfalto, bajas del puente... por el asfalto, y ... otra vez tierra, sin sombras, a pleno sol, sin atracción visual, hasta que encuentras el primer árbol, ya llegando al Azud. Cruzas el río, y más adelante, decides si coges el camino al Puente del aire, que se desvía bastante de tu paseo por la fontaneta, o llegas a la vía y te encuentras que está prohibido el paso.
Al estar prohibido el paso, de aquí a a unos años no habrá camino, porque si no se puede pasar, ¿para qué quieres un camino?. Supongo que la misma naturaleza se encargará de él, y poco a poco se le irá comiendo terreno la vegetación de ambos lados, hasta cerrarlo.
Yo no decidí ninguna de las dos opciones, sino que volví al Azud y bajé al río, siguiendo los senderos que conozco y que me gusta recorrer y con mi asombro, y a la vez indignación, llegué por el río (en algunos tramos intransitable) hasta la fuente de los tres caños.
Analizando lo visto, pienso que tanta obra sólo es para ir a unas pocas fincas. ¿No es mucho gasto para tan poco servicio? No sé si estoy equivocada, pero creo que la ubicación hubiera sido mejor en otro lugar, para que se aprovechara más gente del servicio de paso y la obra se amortizara mejor. Desconozco quién ha financiado este "Puente a ninguna parte", y tampoco me importa, porque no le veo utilidad pague quien pague.
Pero, al llegar a la vía, había una señal de prohibido el paso y no se podía pasar. Entonces recordé el puente, y efectivamente estaba allí. Para acceder tuve que cruzar el río por más abajo de la fuente lo que me supuso volver atrás todo lo andado y coger el camino que llega hasta la vía por el otro lado del río.
El río por abajo, por su orilla, siguiendo su cauce, supone un paseo bonito, supone un paseo que ahora que está todo arreglado, con merenderos, sendas señaladas, bancos, pilones para cruzar el río en algunos puntos, invita al paseo (aunque, a mi parecer, el río necesitaría una limpieza en cuanto a vegetación).
Pero el camino que lleva al azud, al puente, al magestuoso puente, no tiene ningún atractivo, es un camino para mi gusto, soso y no invita al paseo. Es un camino que sólo se coge si se tiene que ir allí, pero como entretenimiento, como ocio, como paseo atractivo, pues no. Como yo quería ir allí, lo cogí y llegué al puente, dejando la tierra del camino y pisando el asfalto. Un puente sólido, pero ni un solo árbol, ni siquiera cerca (vaya paseos que nos esperan en verano). Subes al puente... por el asfalto, bajas del puente... por el asfalto, y ... otra vez tierra, sin sombras, a pleno sol, sin atracción visual, hasta que encuentras el primer árbol, ya llegando al Azud. Cruzas el río, y más adelante, decides si coges el camino al Puente del aire, que se desvía bastante de tu paseo por la fontaneta, o llegas a la vía y te encuentras que está prohibido el paso.
Al estar prohibido el paso, de aquí a a unos años no habrá camino, porque si no se puede pasar, ¿para qué quieres un camino?. Supongo que la misma naturaleza se encargará de él, y poco a poco se le irá comiendo terreno la vegetación de ambos lados, hasta cerrarlo.
Yo no decidí ninguna de las dos opciones, sino que volví al Azud y bajé al río, siguiendo los senderos que conozco y que me gusta recorrer y con mi asombro, y a la vez indignación, llegué por el río (en algunos tramos intransitable) hasta la fuente de los tres caños.
Analizando lo visto, pienso que tanta obra sólo es para ir a unas pocas fincas. ¿No es mucho gasto para tan poco servicio? No sé si estoy equivocada, pero creo que la ubicación hubiera sido mejor en otro lugar, para que se aprovechara más gente del servicio de paso y la obra se amortizara mejor. Desconozco quién ha financiado este "Puente a ninguna parte", y tampoco me importa, porque no le veo utilidad pague quien pague.
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